diumenge, 14 de setembre del 2014

La veleta- parte 1

Yo he corrido durante horas, escondiéndome detrás de cada puerta carcomida y de cada muro derruido, huyendo de algo que desconozco, con la sensación de que el pueblo iba a derrumbarse sobre mí como acompañante. Seguramente no me hubiera dado cuenta realmente de la existencia del perseguidor si la mujer que llevaba días huyendo conmigo no estuviera muerta. Si estás leyendo esto estas perdido o perdida, al igual que a mí te prometieron dinero fácil, para ser más exactos, 2 millones de euros, solo por llegar a la iglesia de este pueblo abandonado y coger una cruz plateada. En un principio es fácil, muy fácil, el problema es que el pueblo es una trampa, las casas derruidas mueven sus paredes para bloquear las calles y las salidas del pueblo. No intentéis escalarlas, porque las estaréis escalando durante todo vuestra vida y jamás podréis romperlas, por mucha pinta de escombros que tenga. Yo llegué aquí hace dos semanas. Al pasar tres días me encontré con Clara, una policía de Cádiz que necesitaba el dinero para salvar la casa de sus padres. Desde el primer momento decidimos ir juntos y compartir el dinero. Pasábamos horas recorriendo las calles y cuando nos aburríamos hacíamos el amor, si digo el amor porque nos enamoramos, o por lo menos yo. Ella murió cuando después de manifestar nuestra pasión fui a mear, cuando volví ella estaba abierta en canal y sin corazón. De eso hace ya tres horribles y malditos días, buenos, creo, porque aquí es siempre de noche y lo único que ocupa el cielo es una luna casi llena. Lo oigo, está viniendo. Como me esperaba voy a morir. Bueno, querido amigo o amiga, hasta aquí llega mi intento de conseguir la cruz de plata. Mi conclusión es que no hay escapatoria, pero es la conclusión de un hombre sin esperanza, un hombre muerto en vida. Si todavía tienes la más mínima esperanza, fíjate en la veleta…

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada