Bosques
de neuronas se elevan a mí alrededor. Grandes bóvedas y galerías azules que se
iluminan con impulsos, trasmitiéndoselos unos a otros como una cadena de montaje
infinita y casi perfecta. Mi piel no es blanca ni negra. Ni hombre ni mujer, no
me identifico con nada en mi mundo. No soy nada más que la deidad de mi tierra.
Siempre y cuando no este durmiendo, el amo de mi imaginación soy yo. Aunque parezca
egocéntrico y narcisista es verdad. Yo elijo quien vive y quien muere, quien
vive feliz y quien se retuerce eternamente en el peor de los sufrimientos.
En mi
catedral de proteínas y lípidos mis decisiones se cumplen. Si mis ángeles de
piedra quieren vivir viven. Yo elijo quien de mis amigos tiene poderes y cuáles
son esos poderes.
Es mi
fuerza, el único talento que creo poseer es mi imaginación, y eso me hace
feliz. Pueden desgarrarme o encerrarme, pero dentro de mí estoy entero y libre.
Mi mente es mi mejor amiga, amante y guía de la vida. No me considero un loco
solitario, mis amigos y familia están por encima de mi destino siempre, pero
encuentro un gran confort al llamar a mi capacidad de crear y encontrarla
siempre a mi lado.
Cuando
era más pequeño siempre estaba creando mundos de fantasía donde yo era mil
cosas. Con ocho años yo era raro por no querer crecer. Tener que madurar me
asustaba por si debía de renunciar algún día a mi imaginación. Hoy, estoy feliz
y orgulloso de mi mismo, por seguir siendo capaz de deformar la realidad y de
crear tanto como quiero. Me siento más fuerte porque mi imaginación cada vez es
mejor.
Un 18
de diciembre del año 2013 me propuse plasmar parte mi mente en el mundo. Por eso
cree este blog. En aquel momento Humo,
luz y hielo me parecía un gran nombre, ahora ya no tanto, pero eso da
igual. He redactado 70 historias muy breves en 72 relatos completamente diferentes.
Este es el número 73. En tres años he mostrado un pedacito de mi alma dividido
en 73 trozos a todos aquellos que lo quisieran leer. Mi primer propósito es dar
las gracias. Gracias a todos aquellos que habéis leído todas o casi todas mis
historias. Aquellos que se pusieron mi blog de preferente o que se aprendieron
de memoria el impronunciable nombre que le puse al link. Gracias a los que me habéis
enviado algún mensaje diciéndome lo que os ha gustado cierta entrada. Aquellos que
han compartido mi blog por sus redes Gracias a los que simplemente os habéis parado
a leer una sola entrada. Espero que estas gracias lleguen a todos. No sé lo que
hubiera durado este blog sin vuestro apoyo.
A veces,
me he mantenido más lejos de los personajes que he creado. A veces eran
personificaciones de mi amor, mi dolor o mi felicidad. Algunas de estas
entradas tenían el propósito de ayudar a alguno de mis amigos a tomar alguna decisión
o, simplemente, porque necesitaban ánimos y esta era la mejor forma que tenía
de darlos. Espero que os hayan servido.
Banderas negras, Cosas de la noche, Tesoro, Oportunidades, Aire de
tristeza, Flores en el bosque, Humanos… Son algunos de los nombres con los
que he bautizado mis entradas (ni siquiera yo las recuerdo todos). Es posible
que algunas de esas entradas solo se conserven en el blog, perdidas incluso en
mi memoria. Las quiero a todas como partes de mi cuerpo.
Mi propósito al escribir esto era ponerle
punto y final o seguir adelante. Aún no sé qué hacer. Puede que no lo sepa
jamás. En fin. Después de tres años sigo siendo casi el mismo, aunque ahora me
quiero y me acepto mucho más que por aquel entonces. Por eso quiero dedicarme
la septuagésimo tercera creación de mi mente, pero también y por encima de
todo, te la dedico a ti. Te haya gustado o no, muchas gracias por existir.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada