Alana
salta en el último segundo. En tan solo un instante, la mujer de rasgos asiáticos
y ojos verde como el jade que estaba besando explota en una masa sanguinolenta
de huesos y sesos. Mientras está en el aire, Alana despliega a Falç rasgándose la piel y haciendo que
la hoja se expanda, roja e inestable. En el momento que sus pies tocan el suelo
salta y se aleja, no le hace falta ver al asesino para saber que es el Dip. Su
cuerpo es horrible, le faltan una pierna y un ojo, pero no se sabe si el
derecho o el izquierdo, ya que van cambiando rápidamente en una ilusión paranoica
y eterna. Tiene el cuerpo de color gris metálico y está cubierto por pieles de
lobos blanco. Cuando ríe su voz suena como un triturador de basura destrozando
metales.
-
Imao tenía razón, pequeñita, has perdido la
habilidad para localizarnos – dice mientras que de su mano sangrienta empiezan
a surgir trozos de cuchillas oxidadas, sacacorchos, serruchos y otras cosas por
el estilo. En resumen, tiene la capacidad de asimilar y almacenar cualquier
cosa hecha de metal.
Alana gruñe. Habían descubierto
su punto débil. Aunque se regenerará, si su cerebro salía herido perdía
recuerdos o capacidades mentales. Aquel día en Dubái, cuando uno de esos
cuadros diabólicos le había perforado parte del cerebro había dejado de ser
capaz de encontrar al resto de sus hermanos. Desde esa azotea de Singapur,
Alana se da cuenta de lo desprotegida que esta.
-
¿Imao? Creía que os odiabais a muerte.
Dip salta a toda velocidad sobre
ella. Alana se mantiene quieta un segundo dejando que el aire le acaricie el
pelo multicolor y entonces salta para esquivar. Falç gira en el aire formando una estala rojiza y se estampa contra
la piel del Dip sin hacerle ni siquiera un rasguño.
-
Si, pero más te odiamos a ti.
De su piel gris como el cielo de
tormenta empiezan a surgir cuchillos y flechas que se clavan en la piel de
Alana, que solo es capaz de detener los que se dirigen a su cabeza. Mientras se
aleja de su hermano su cuerpo empieza a regenerarse.
-
Creía que estabas en Cataluña, querido hermano,
asustando y manteniendo viva una leyenda pasada.
El Dip se levanta y comienza a reabsorber
todo el metal que había expulsado de su cuerpo. El único ojo sano que tiene brilla
con un fulgor anaranjado y blanquecino, como una forja radioactiva.
-
Y así era, pero no podíamos permitir que tú,
perra de Pandora, nos mataras uno a uno. Por eso, los que quedamos hemos
decidido pasar a la acción, o por los menos Imao, Nudus y yo. No vas a salir
viva de aquí, por lo menos tu personalidad.
Alana intenta recordar. Su madre
le había dicho los puntos débiles de algunos de sus hermanos, pero los había
olvidado.
-
¿Alguna vez te han atropellado? – Dip se abre
las pieles que le cubren el pecho y una luz emerge de entre sus pectorales.
No, no es una luz, es un foco. El
foco de un metro. El convoy sale despedido del pecho del Dip a toda velocidad y
sale despedido hacia Alana. Ella salta y lo esquiva por los pelos, no obstante,
la corriente creada por los vagones la empuja hacia atrás. Los delantero se
estrellan contra el edificio de enfrente, mientras que los traseros se
precipitan al suelo a toda velocidad, liberados ya de su furia desbocada. Los gritos
de los singapurenses del suelo suenan aterradores, como un réquiem urbano.
Alana tiene un pie fuera pero
decide saltar cuando ve como su hermano se le echa encima con las manos llenas
de cuchillas, algunas de ellas le arañan y le perforan el estómago. Alana gruñe
pero utiliza a Falç para alejarse de su
hermano. Cae a toda velocidad y siente como el asfalto caliente se acerca cada
vez más a su espalda. Su hermano cae a unos metros por encima de ella, seguro
de que su piel indestructible lo protegerá. Entonces Alana recuerda y decide
prepararse para el impacto y concentrase para que su contrataque solo sea de un
golpe.
Aunque se le hace eterna la caída
y siente como el viento desgarrador va a reventarle los tímpanos el suelo la acoge
en sus insensibles brazos sin rechistar y rápidamente. Alana explota como una
calabaza de carne, rodeada por el desastre y el infierno improvisado que el
metro demente de su hermano ha causado. Entonces Alana se regenera rápidamente,
solo lo necesario, un poco de hueso y un poco de músculo para regenerar su
torso, su cabeza y su brazo derecho, apuntando hacia el cielo con Falç en la mano, creciendo bestialmente
por la cantidad de sangre que tiene para formarse. Lo último que ve el Dip es
un ojo de Alana inyectado en sangre y la punta de la espada entrando por su
ojo. El impacto del cuerpo metálico de su hermano hace que el recién regenerando
brazo de Alana se astille y se rompa. Todo ha durado solo unos segundos
infinitos.
El cuerpo empalado de su hermano
empieza a soltar cosas metálicas de todos los tamaños como una piñata. Alana
está en la mierda, regenerándose lentamente. Ha vuelto a perder muchos recuerdos por el impacto pero, por un
instante, su habilidad ha vuelto y ya sabe su próxima parada: Pompeya.
¿Quién dará cariño a Alana?
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